Creo un blog dedicado a todo el material grandioso que me hizo crecer como seductor, como hombre y, sobre todas las cosas, como SER HUMANO. Y no voy a dejar de lado mis reflexiones y aportaciones. Hay un POTENCIAL NATURAL que quiere liberarse.. Esto promete y mucho, si quieres enriquecerte estas en el lugar adecuado.. B I E N V E N I D O.

sábado, 20 de octubre de 2012

¿Tienes ENVIDIA? (De E. Pinti)

 Esa es la gran pregunta. Admítelo, si lo sientes. Solo te diré que, por mi experiencia, si lo admites y lo aceptas no harás otra cosa que CRECER y PROGRESAR. Seras mejor de lo que eres, ahora mismo, solo leyendo este articulo. Solo tienes que admitirlo, claro si es que en verdad lo sientes. Pues si no, tal vez te guste disfrutar de este articulo tanto como lo disfrute yo. Y Bueno, uno aprende cosas de paso.



ENVIDIA (Por Enrique Pinti)

Vivir encerrado en uno mismo negando el afuera y descalificando con la indiferencia los logros ajenos es altamente NEGATIVO.

Vivir pendiente de los otros con el hígado reventado en crisis de envidia por lo que les sale bien y criticando con fervor asesino sus fracasos es repugnante y evidencia una mediocridad más allá de toda lógica.

Es bueno reflexionar acerca de ese pecado capital llamado envidia, que tantos males provoca
y tan pocas cosas positivas, si no ninguna, aporta a nuestra de por sí azarosa existencia.

La envidia carcome sin prisa y sin pausa nuestras mejores energías y pone de manifiesto bajezas de las que nunca hemos tomado conciencia. Muchas veces el problema radica en que nos consideramos superiores a otras personas que conocemos o creemos conocer en profundidad y, habiendo compartido con ellas una parte de nuestro recorrido vital, nos decretamos expertos en tales o cuales virtudes y defectos que esa gente posee. Y es entonces cuando súbitamente comprobamos que grandes reconocimientos y éxitos caen en catarata triunfal sobre esas personas que, según nuestra nunca modesta opinión, no son merecedoras de tales distinciones. Estas amargas experiencias no hacen más que hundirnos en un mar de angustias absolutamente evitable, y que se parece más a una autoflagelación que a un juicio medianamente objetivo.

Lo mejor que se puede hacer para evitar que la envidia dañe nuestra psiquis de forma irreversible es concentrarse en posibilidades reales que tenemos a mano para, si tanto nos importa, lograr éxitos semejantes a los de nuestros odiados rivales.

Es grande la satisfacción que produce la superación (no negación), superación con mayúscula, de esa baja pasión envidiosa, asquerosa baba de estupidez insensata que nos quita el placer enorme de reconocer en los otros lo que nos falta o lo que también tenemos y podremos en un futuro lograr mediante la única forma que existe: el trabajo, la paciencia, la vocación y la lucha constante contra nuestra limitaciones, ya sean éstas profesionales o psicológicas.

Nunca las técnicas que usamos para lograr triunfos en cualquier aspecto de la vida deben partir del rencor, del resentimiento nefasto, de la revancha negativa, con el propósito de destruir a los que, según nuestra nunca modesta opinión, no son merecedoras de esas distinciones y laureles.

Además, y no es un detalle menor, la autocrítica tiene que ser una constante y la conciencia de las propias limitaciones debe presidir todos nuestros actos. Aceptar que no estamos capacitados para ciertas cosas es tan POSITIVO como luchar contra esos puntos débiles y, por supuesto, reforzar nuestras habilidades naturales, en las que podemos brillar con luz propia.

Una cosa es lo que somos; otra, lo que creemos que somos; otra, lo que los demás dicen que somos y otra, la mas apreciada y la que hay que cuidar y regar todos los días como una plantita preferida, lo que queremos ser; y eso que queremos ser puede tener ejemplos en el afuera, ejemplos que son como faros luminosos para seguir en el buen caminar y nunca murallas a derribar. Cuando vemos los éxitos de los otros, aunque nos parezcan, según nuestra nunca modesta opinión, sobredimensionados, deben ser analizados con la mayor objetividad posible; preguntémonos: ¿nos haría realmente más felices lograr lo que ellos lograron?, ¿tenemos las condiciones para lograrlo?, ¿nos interesa de verdad o es sólo vanidad?, ¿nos hace daño y nos derrota tanto deseo insatisfecho?, ¿vale la pena perderse cosas pequeñas sólo en apariencia, tales como el amor de nuestros seres queridos, incluida la mascota que festeja tu llegada a casa cada noche con el homenaje amoroso del movimiento de cola a toda orquesta y esos ojitos de pena y cariño y esas paradas en dos patas que a ellos les cuesta un esfuerzo, puesto que están acostumbrados a las cuatro, en aras de la envidia? Seguro que no, y ésta es mi modesta opinión.

Espero que le sea útil comapañeros, tanto como lo fue para mi...

Éxitos

Por Amoroso Sátiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario